Hola a todos. Soy Clara Marín Vigier.
Nací en Francia el día 14 se agosto de 1978. Con un mes llegue a Toledo y viví mi infancia en el barrio de Buenavista.
Cuando yo tenía dos años y 4 meses nació mi hermana Beatriz. Cuando el bebé lloraba le traía a mi madre un biberón o un pañal intentando solucionar la situación.
A los tres años me llevaron a una guardería a ver si con otros niños comía ya que esto era mi punto débil. No fue eficaz… Entonces mis padres siguieron las pautas estrictas de un pediatra especializado en anorexia del lactante y niños pequeños. Funcionó y hasta ahora….
A los cuatro años fui a un parvulario del casco histórico.
Luego empecé mi escolarización (con seis años) en el Colegio Alberto Sánchez del polígono. El primero que empezó en Toledo la enseñanza con integración de niños con capacidades diferentes. Al año siguiente también empezaron a hacerlo las Carmelitas. Allí los profesores hacían todo lo que podían para integrar a estos niños (había 2 por clase), bien es verdad que los medios escaseaban….(1 logopeda para todo el colegio…)
Pero allí tenía buenas amigas. Me invitaban a sus cumpleaños, venían también a mi casa y me acompañaron el día de mi comunión. Con ellas era feliz. Un trastito pero un trastito feliz!
En casa jugaba en el patio con las vecinitas y en verano en la piscina.
Las vacaciones de verano íbamos a Francia. Curiosamente si tengo dificultad para hablar, entiendo perfectamente el francés ya que en casa se usa indistintamente los dos idiomas.
Las vacaciones allí eran maravillosas ya que mis abuelos tenían una casa en un pueblo de la costa (donde nací) y nos juntábamos una cuadrilla de primos. Primos hermanos y numerosísimos primos segundos. Esto era “Verano Azul”. También coincidía la celebración de mi cumple. Hacíamos una mega paella y generalmente el cumple acababa en una fiesta del agua en el jardín hasta tirarnos al mar… Por cierto, aprendí a nadar observando día tras día a los niños que iban a clase de natación a una piscinita de la playa… Y un día…!Me lancé!...
También íbamos al pueblo de papa (cerca de Zaragoza) y allí íbamos a la piscina con los primos y con las bicis por el pueblo.
Cuando acabó mi escolarización en el Alberto Sánchez abrieron Aulas de Garantía Social en el Instituto Carlos Tercero- Allí estuve dos años. Teníamos que cuidar plantas y luego teníamos clases a nuestro nivel. En los recreos coincidíamos con todos los demás.
Entonces llegó la hora de dejar la escolarización y entré en los talleres ocupacionales de APANAS. Allí estaba en un taller de manipulados. Estuve bien unos cuantos años pero luego empecé a aburrirme de la monotonía y a encontrarme peor. Fui entonces al Centro de Día de APANAS. Bien es cierto que los profesionales hacían lo que podían pero no me adapte: Mucha gente, bastante más mayor que yo y en general bastante más afectados.
Entonces, mis padres conocieron CECAP.
Al ser la filosofía totalmente distinta adaptándose a la problemática de cada uno ya me encuentro mucho mejor. Trabajo en la lavandería del Hospital de la Tres Culturas e intento desarrollar mis capacidades en otras áreas. GRACIAS CECAP.