CAPÍTULO 3. UN ENCUENTRO MÁGICO
Tras la reunión en la dirección general de Bienestar Social, sabíamos que teníamos que preparar muchas cosas si queríamos llegar a tiempo para presentar nuestra candidatura de proyecto a la convocatoria anual de subvenciones a mantenimiento de centros de atención a personas con discapacidad, que la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, a través de su Consejería de Bienestar Social, solía publicar en diciembre. Ese año, 2015, no fue diferente. La convocatoria se publicó en las fechas estipuladas, teniendo de plazo muy poco tiempo para poder presentar todo, no solo el proyecto, sino estar legalmente constituidos dentro de los registros pertinentes como entidad social sin fin de lucro. En fin, mucho trabajo y poco tiempo para realizarlo.
Había que avanzar en la constitución de una entidad sin fin de lucro. Lo único que teníamos claro en aquel momento, es que no queríamos replicar el modelo de asociación en el que habíamos trabajado, caracterizado por juntas directivas formadas por familias. Entendíamos que los familiares de personas en situación de vulnerabilidad por razones de discapacidad, tenían derecho a disfrutar de un servicio profesional sin tener que preocuparse por cuestiones de gestión, sostenibilidad, recursos humanos u otros menesteres, vinculados a la dirección de entidades sociales no lucrativas. Ahora, después de los años, puedo decir que fue todo un acierto y admiro mucho más a aquellos padres y madres que han estado y están en juntas directivas, sin apenas conocimiento de dirección o gestión. Aspirábamos a conseguir que las familias de las que yo había aprendido tanto, dejaran de pelear por mantener asociaciones y abrir nuevos recursos, para que se preocuparan de lo que entendíamos que era la prioridad, su hijo o hija con discapacidad.
El encuentro con una persona, a la que sigo queriendo y admiro, fue determinante en este apasionante viaje. Gracias a ella, CECAP es hoy una cooperativa. Entre idas y venidas en la búsqueda de respuestas, una persona, no recuerdo ya quien, me habló de Carmen Cabellos. En aquel momento, Carmen era presidenta de la Asociación de Daño Cerebral de Castilla -La Mancha, con una gran experiencia en proyectos de apoyo a los colectivos más vulnerables. Esta persona me comentó que debía hablar con ella.
En aquellos momentos la ilusión era como un animal salvaje imposible de domesticar, cualquier cosa nos parecía alcanzable y una ingenuidad que hoy asusta, nos servía como excusa para hacer las cosas más inexplicables. Sin más dilación, tomé la decisión de ir a buscar a Carmen, a su propia casa. Llegué a la dirección que me habían facilitado, a las tres de la tarde, en plena hora de la comida. Llamé al timbre, sin vacilación, seguro de mí mismo, aunque confieso que algo nervioso. Esperé un momento, y después de un pequeño rato, abrió la puerta una señora ya mayor. Nunca había visto a Carmen. Sin esperar, le pregunté: “buenas tardes, preguntaba por Carmen”, a lo que ella respondió, “soy yo, quien la busca”. Mi contestación no se hizo esperar, “soy Andrés, quería hablar con usted de un proyecto para ayudar a personas en dificultades, creo que me podría ayudar”. Siempre que recuerdo esta anécdota, después de los años, pienso que algo por encima de nosotros guiaba nuestros pasos. Aquella señora mayor, encantadora, me mostró el camino de entrada a su casa, en plena comida. Me sentó a su mesa, en compañía de su familia, y charlamos sobre ideas e ilusiones, sueños en aquel momento que parecía utópicos, donde las personas más vulnerables pudieran alcanzar sus metas y objetivos.
Una vez en el café le pregunté, “Carmen, yo no quiero hacer una asociación, qué otra cosa debería constituir para que fuera una entidad sin fin de lucro”. Ella fue quien me dijo: " debes hacer una cooperativa de iniciativa social, mi hija que está en Madrid, te ayudará y te contará como poder hacerlo". Para mí, psicólogo sin ninguna experiencia en al ámbito de las empresas, todo esto era como hablar japonés pero, como te he contado antes, la pasión latía tan fuerte que no había reto inalcanzable, así que, puedes imaginarte que ocurrió, ¿verdad?. Efectivamente, próxima parada….Madrid.
GRACIAS SIEMPRE QUERIDA CARMEN, POR TU GENEROSIDAD INFINITA.